Uno de los grandes problemas que generan los macroparques eólicos allí donde se implantan es la destrucción de empleo y el fomento de la despoblación rural. Las empresas renovables apenas generan puestos de trabajo allí donde se implantan. Para la construcción de un parque eólico de tamaño medio se tarda unos seis meses, que es el tiempo en que se puede generar algún empleo en la zona, siendo éste muy bajo ya que estas empresas traen sus propios trabajadores, pues en la mayoría de las tareas se requiere mano de obra muy especializada.
Finalizada la fase de construcción sólo se necesita personal de mantenimiento, que es en un número muy bajo y además está formado por profesionales muy cualificados. Probablemente para el mantenimiento de todos los macroparques de Cabrera no sea necesario más que 2 personas, y estará compuesto por personal itinerante, es decir personal que viajará por todo el norte de España, por tanto, en absoluto será de Cabrera ni vivirá en Cabrera.
Por tanto, muy probablemente estos macroparques no generarán ni un solo puesto de trabajo en Cabrera.
LOS MACROPARQUES VACIARÁN LOS PUEBLOS:
Esta intervencion en el senado lo dejá bastante claro
Si estos macroparques se llevan a cabo, Cabrera dejará de ser un área rural en un entorno de alto valor natural y arqueológico, y se convertirá en un polígono industrial. Incrementarán aún más la despoblación, y muy probablemente de forma definitiva sin posibilidad alguna de recuperación, pues una vez se implanten, ¿quién querrá irse a vivir a pueblos en los que no es posible generar ningún ingreso?
Un claro ejemplo de que esto va a ser así, es la localidad de Muras (provincia de Lugo) una localidad de 700 habitantes y en sus montes hay 381 molinos distribuidos en 20 parques (1 molino por cada 2 habitantes), y pese a ello sólo 4 de sus vecinos trabajan para el sector eólico. Y no ha parado de perder población desde que se empezaron a implantar a partir de los años 90.